Por Pablo Domínguez
//
Hace poco el propietario y gerente de una empresa mediana me trasmitió lo siguiente:
“… mi empresa se dedica a … y la verdad es que siento que algo no anda bien, financieramente no está muy bien, siento que falta algo, quizá finanzas, quizá operaciones, ventas, no lo sé…”.
Este es un caso que se presenta con relativa frecuencia. El fundador y emprendedor ha logrado desarrollar su idea de negocio con éxito; sin embargo después de un rápido crecimiento y una buena rentabilidad, se presentan síntomas negativos como los señalados anteriormente.
¿Por qué se llega a esta situación?
Las causas o razones pueden ser de diversa índole, como: falta de capital de trabajo, toma de decisiones centralizada, falta de delegación de responsabilidades, lentitud de reacción ante cambios del entorno, entre otros.
La razón principal de este momento crítico por el que suelen pasar las empresas en sus etapas iniciales, se debe a que el fundador se concentra en los procesos operativos, como es debido, y descuida el desarrollo de una organización capaz de asumir las mayores exigencias en las áreas funcionales como: compras, producción, contabilidad, etc.
Otra causa frecuente es la centralización en la toma de decisiones. Usualmente el fundador concentra las decisiones operativas y de inversión, lo cual tiene un doble efecto: al crecer el fundador se convierte en un cuello de botella y las personas que lo acompañan ven limitadas el desarrollo de sus capacidades para tomar decisiones.
Ante estas situaciones lo primero es realizar un diagnóstico integral de la empresa. Con el cual se podrán definir las acciones necesarias para retomar su crecimiento; y al mismo tiempo, el fundador necesita reconocer que es tiempo de delegar gradualmente la dirección –el día a día- e ir concentrándose en las decisiones de gobierno. De preferencia mediante un directorio que cuente con directores externos.
1 Comment
la delegacion de funciones es esencial simplemente. la propia dinámica del crecimiento genera nuevos problemas. una cosa en manejar una vicicleta y otra un auto.