Por Pablo Domínguez
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Como directivos tomamos constantemente diversas decisiones como: ampliar la cobertura regional de la empresa, reestructurar el organigrama implicando cambios de puestos, implementación de nuevos sistemas de control, sistemas de incentivos más retadores, aumentos de sueldos, entre otros. Si bien todas estas decisiones buscan mejorar el funcionamiento de la empresa, hay un aspecto, muy importante en toda organización, que por lo general no esta entre los objetivos de las decisiones: la motivación de los colaboradores.
Aunque que no solemos tomar decisiones para motivar a nuestros colaboradores, si debemos tener muy en cuenta el impacto, positivo o negativo, que estas decisiones pueden tener en el compromiso de nuestros colaboradores.
Esto implica que para tener personas motivadas, como directivos debemos evaluar cuidadosamente cada una de nuestras decisiones y descartar aquellas alternativas que producirían un efecto negativo en la disposición de los colaboradores a contribuir con el logro del propósito.
Por ejemplo, hace un tiempo conocí el caso de una empresa que por su rápido crecimiento despidió a un jefe de confianza porque su perfil ya no se ajustaba a las necesidades de la empresa generando inestabilidad y malestar entre los colaboradores. Este impacto negativo pudo haberse evitado, por ejemplo, evaluando cuidadosamente las capacidades actuales y potenciales del colaborador, y reubicarlo en otro puesto donde pueda contribuir a la empresa y sentirse útil al mismo tiempo.
En resumen, si procuramos evitar desmotivar a las personas con nuestras decisiones, habremos dado un paso importante hacia el compromiso de los mismos.
Y tú, ¿tomas decisiones para motivar?
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si tomo decisiones para motivar. primero alianearlos y comprometerlos con la mision, vision, objetivos, avlores y estrategias de la empresa. luego dar incentivos de participacion en las utilidades, es decir pagarles un sueldo mixto: fijo y variable.