Por Pablo Domínguez
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En una oportunidad conversando con el propietario de una empresa me preguntó de improviso ¿qué es la estrategia?
Después de pensarlo un poco concluí que no podía darle la definición de libro: “satisfacer las necesidades de los clientes mejor que los competidores”. Pensé en su día a día, en el que tiene que vender, comprar insumos o productos, cobrar a sus clientes, pedir un préstamo al banco, contratar personal, etc. y comprendí que lo que necesita es mantener funcionando su empresa de tal manera que sea autónoma y además capaz de afrontar las “sorpresas” tanto externas como internas.
Para afrontar todos estos temas en el negocio se necesitan no una sino varias estrategias, si quisiéramos rescatar el origen de esta palabra que viene de la Milicia: “dirigir operaciones militares”; sin embargo a diferencia de la guerra, en la empresa no se trata de vencer o doblegar enemigos; sino de conseguir la participación de cada uno de los actores que permitan la autonomía y sostenibilidad de la organización.
Como ejemplo pensemos en las empresas agro exportadoras, cuyo factor crítico para lograr la supervivencia es que los agricultores, al ser sus proveedores, decidan venderles su cosecha al precio y condiciones adecuadas, la relación con el proveedor en este tipo de negocio es clave.
Sin embargo, necesitamos asegurar que las “fórmulas” o estrategias que definamos realmente se den, lo cual depende de un adecuado diseño de procesos, las capacidades necesarias de las personas responsables y por último del compromiso de ellos: “que quieran hacerlo”