Por Pablo Domínguez
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El objetivo principal en la elaboración de un Planeamiento Estratégico es conseguir que el cliente me elija dentro de una gama de ofertas, es decir, buscamos ser lo suficientemente competitivos como para superar a mi contendiente. Si nos concentramos específicamente en este tema, terminaremos todos pareciéndonos un poco, la ventaja será menor y además estaremos desgastando a la organización al buscar continuamente y de manera constante, brindar mejores ofertas.
Las Empresas cuando realizamos un planeamiento estratégico muchas veces olvidamos lo importante que es tener en cuenta, no sólo lo que pasa afuera (competidor), sino lo que tenemos dentro, nuestro personal, nuestras capacidades operativas. También es importante, además, tomar en cuenta a nuestros proveedores, ya que son los socios estratégicos que nos permitirán en la mayoría de los casos mantener y consolidar nuestra oferta .
Esto no significa dejar de prestar atención a los clientes. Al contrario ellos deben ser el objetivo al cual orientar, aplicar nuestras capacidades operativas con la colaboración de nuestros proveedores. Y la real competitividad radica crear nuevas, y mejores soluciones a las necesidades que intentamos satisfacer en nuestros clientes; de esta forma no haremos solo una venta, estaremos creando gradualmente en la mente de nuestros clientes la confianza en que siempre nos esforzaremos en ofrecerles las mejores soluciones a sus necesidades. Como lo menciona Peter Drucker en su clásico libro La Gerencia de Empresas: “existe una sola definición válida de la finalidad de la empresa comercial: crear un cliente”