Por Anahí Alburquerque
Durante nuestros años asesorando a empresas familiares, hemos participado en la elaboración de muchos protocolos, también hemos recibido algunos ya hechos, que nos pidieron revisar y mejorar. Durante el proceso de elaboración suelen surgir algunas interrogantes dentro de los miembros de la familia, todas válidas, por cierto, pero hay una en especial que hemos estudiado en los últimos meses, tiene que ver con la aplicación y la puesta en marcha del protocolo, dicho de otra manera, muchos miembros tanto fundadores como de generaciones menores, preguntan: ¿Para qué me sirve el protocolo? ¿Cuál es el valor del mismo?
Existe un valor intangible que no se puede medir en el presente, pero la experiencia muestra que el tener un protocolo evita conflictos futuros, pero sobre todo indirectamente genera un compromiso de buenas relaciones y respeto tomando en cuenta los deseos y el trabajo hecho por los fundadores, siempre pensando en las generaciones venideras, y en mantener el legado, sin embargo, ¿cómo puedo poderlo en marcha? ¿Cómo me sirve ahora?, pues el vehículo o mejor dicho el “órgano” encargado de hacer que funcione es el Consejo de Familia.
Es indispensable para que el protocolo cobre vida, que se implemente una reunión periódica cada 3 o 4 meses (si hace falta puede ser más seguido), donde se pueda brindar un espacio para conversar aquellos temas de la empresa que están relacionados con la familia, y que pueden ocasionar en el corto o mediano plazo alguna diferencia o conflicto entre sus miembros. Además, tener el hábito de reunirse para expresar sus dudas, preocupaciones, e inquietudes, genera un clima sano de comunicación donde se escucha y se es escuchado.
Para que el Protocolo alcance un valor coherente dentro de la empresa familiar, es importante que contenga los acuerdos y normas para fortalecer la confianza, y la unión de la familia, además de contribuir en el crecimiento de la Empresa, pero sobre todo hace falta su implementación y es el Consejo de Familia quien debe encargarse de ello.