Por Anahí Alburqueque
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Largos han sido y seguirán siendo los días de confinamiento, largas las jornadas de teletrabajo, clases virtuales, actividades domésticas y adecuación a nuevos hábitos de limpieza, pero en todo este proceso de cambios bruscos, ¿qué cosa hemos aprendido?
Conversábamos con el equipo de trabajo de BOC, en una de nuestras reuniones diarias de las 3 pm, y una de las conclusiones era que todos absolutamente todos “deberíamos” salir de la cuarentena con “algo” nuevo aprendido, me quedé pensando en eso, luego me llegó un video de las tiendas en Francia, los vuelos en España, y el turismo en China, vi también esta semana las colas para recoger comida de los restaurantes en Lima, y me preguntaba si realmente habíamos aprendido.
Dentro de este panorama un poco desalentador y a pesar de la adversidad de las circunstancias creo que el aprendizaje, aunque sea mínimo, está garantizado. Has aprendido a manejar mejor las herramientas virtuales que las circunstancias te han puesto al frente, sabes usar zoom, googlemeets, Skype, o cualquier tipo de aplicación para una video llamada, sino tenías cuenta bancaria es probable que en algunos casos hayas tenido que aperturar, o la tenías pero recién empezaste a usar el app de tu banco; has aprendido como preparar una solución de agua con lejía para desinfectar, hasta has aprendido a lavarte las manos y a usar correctamente una mascarilla. En algunos casos el aprendizaje es mayor, has logrado seguir un curso, lograste dominar el Office que nunca usaste y que necesitas para ayudar en las tareas de tus hijos, has participado de webinars, charlas, videoconferencias, te han capacitado en tu trabajo, has logrado poner un negocio, o reinventar el que ya tenías. Definitivamente el aprendizaje en distintos niveles está garantizado, todos saldremos con algo nuevo, con algo ganado, la diferencia estará en el uso que le de cada persona al aprendizaje obtenido, y el esfuerzo que ponga en conseguir mayores aprendizajes mientras dure este largo periodo de cuarentena.
Los aprendizajes más bonitos son los que no se logran tangibilizar, esos que nos hacen mejores personas, mejores profesionales, mejores amigos, mejores hijos, mejores padres: la solidaridad, la empatía, la fortaleza de espíritu, la capacidad para sobrellevar esta crisis con optimismo, con buen humor. Este tipo de aprendizajes nos ha tocado verlos de cerca en nuestros clientes, en las Empresas Familiares a las que ayudamos, de las que aprendemos, que en momentos como los que vivimos ahora, todos aprendemos, pero no necesariamente todos mejoramos.
Y tú, ¿Qué aprendiste?