Por Anahí Alburqueque
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Habitualmente escribo varios artículos sobre empresas familiares, estrategia, organización, etc., temas que me tocan abordar por mi trabajo como consultora desde hace ya 14 años, la coyuntura actual me ha llevado a cambiar un poco el giro, siempre con la intención de que la lectura sea de ayuda, y que una perspectiva nueva sobre el tema pueda brindar algunas luces diferentes a las que estamos acostumbrados a mirar.
Un par de semanas antes de la cuarentena, para mi estaba claro lo que se nos venía, tarde o temprano la paralización era algo que llegaría para transformar nuestras vidas, y así lo fue. La sensación de incertidumbre ante lo desconocido provocó diversas reacciones que todos pudimos ver en redes o en TV, demás está comentarlas, lo que sí es verdad es que a todos nos recorrió la angustia y el miedo, y no por nosotros sino por todo aquello que tanto amamos, nuestros hijos, nuestros padres, nuestra familia.
Estamos ya en la tercera semana de cuarentena, y aún nos falta un camino por delante, porque debemos todos ser conscientes que la reactivación será paulatina, no esperemos que los colegios, universidades -por ejemplo- regresen pronto a las aulas de manera presencial, es muy probable que tome un poco más de tiempo, y así con otro tipo de actividades de otros rubros, lo que si es cierto es que no volveremos a ser los de antes, este acontecimiento cambiará la forma de vivir de todos los peruanos.
El COVID-19 estará con nosotros a lo largo de todo el 2020 y tal vez un poco más, y como todo lo nuevo costará adaptarse, quien logre introducir cambios en sus hábitos cotidianos en esta cuarentena podrá hacerlo más llevadero una vez que tengamos que volver a salir, porque tarde o temprano debemos volver a salir, y debemos perder el miedo.
Perder el miedo significa, seguir adelante, respetando las regulaciones que se nos indiquen y significa esta vez adaptarse a nuevos hábitos de higiene, a nuevas formas de desplazarse, a diferentes maneras de socializar, a cuidarnos y cuidar a los demás, a desarrollar en la calle esa empatía de la que tanto veníamos hablando años atrás, quien consiga adaptarse a los cambios que nos presenta el VIRUS sufrirá mucho menos, y podrá seguir adelante, no sólo como persona, sino como familia y también como empresa.
Los invito a todos desde cada una de sus tribunas, a colaborar y apoyar en estos cambios que llegarán, nuestro país es diverso en todos los aspectos que nos podamos imaginar, por eso es importante que cada uno haga lo suyo, que cada persona que le toque liderar a un grupo de gente, desde el hogar, desde la empresa, no importa si eres ingeniero, doctor, militar, ama de casa, profesor; seas capaz de transmitir resiliencia, seas capaz de perder el miedo y continuar con circunstancias distintas, con formas de trabajar diferentes, dejemos la “queja” aceptemos los cambios, aprendamos de ellos, perdamos el miedo.